Agua: un recurso vital e indispensable para la Humanidad

Matías Koller, Fundación TierraVida

El agua, junto con el oxígeno, es uno de los elementos más importante para la vida del ser humano y de todos los seres vivos. Este componente es indispensable en nuestro ecosistema y es bastante particular, ya que se trata de uno de los pocos materiales que pueden existir en los tres estados: sólido, líquido y gaseoso. Es más abundante de lo que mucha más se piensa, ya que alrededor del 70 por ciento de nuestro planeta está cubierto por agua. Paradójicamente, también alrededor del 70% del cuerpo humano está compuesto por agua. De todos modos, abundancia no debe ser entendida como sinónimo de derroche.

La historia de la humanidad ha ido a la par del agua. Varios milenios atrás, las principales civilizaciones surgieron entorno a los principales recursos hídricos potables como el Río Éufrates y Tigris en Mesopotamia, el Río Nilo en Egipto y el Río Yangtsé en China. Inicialmente, el ser humano ha tendido de esta manera a asentarse en aquellos lugares donde había disponibilidad de agua. Más tarde, fue capaz de realizar obras de infraestructura para poder sustentar sus ciudades como los acueductos en el Imperio Romano. Varios siglos más tarde, a fines del siglo XIX, la potabilización del agua se volvió un eje central en la sanidad e higiene, por lo que se comenzó a pensar en la problemática de la suciedad del agua que consumían los habitantes de las enormes urbes que estaban surgiendo en un contexto de industrialización.

En la actualidad, las problemáticas entorno al agua son distintas, ya que en gran parte del mundo la población tiene acceso a agua potable. La principal cuestión hoy en día consiste en la necesidad de preservar nuestros recursos hídricos, ya que con el avance del hombre muchos lagos, arroyos, ríos y mares están fuertemente contaminados.

El agua no solo es un recurso vital para la existencia humana sino también es un recurso indispensable en cuestiones económicas e industriales. Pese a ello, hay que saber hacer un uso racional y responsable, cuidando y preservando los ecosistemas que dependen del agua, así como su calidad.

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