La voluntad de cambiar es un recurso renovable

Por Luz Falivene y Francesca Melis

Hoy el Ex Vice-Presidente de Estados Unidos, Al Gore, dio una exposición fue muy gráfica en uno de los eventos paralelos de esta COP23 en Bonn, que este año se encuentra bajo la presidencia de Fiji.

Uno de los puntos que abordó refiere a la falta de atención que la comunidad internacional le ha prestado a las consecuencias políticas de las crisis climática. Y se refirió a dos casos puntuales que resultan interesantes de destacar. El primero es el de Siria, último país en decidir firmar el Acuerdo de París, y en el que la sequía ha matado al 83% del ganado y ha convertido a un 65% de tierras fértiles en infértiles. Esta situación obligó obligando a 1500 sirios a migrar durante el periodo del 2006 al 2010. Otro de los casos es el del Brexit, donde el tema de los refugiados ha sido uno de los puntos de quiebre que derivó en esa decisión.

Nisreen Al Sayeem, una joven de 21 años que forma parte de la delegación de Sudán, también compartió con nosotros la historia del conflicto de Darfur. En éste, y una vez más producto de la variaciones climáticas y puntualmente de la época de lluvia, afectó la actividad agrícola y con ello la cría de camellos, lo cual generó mayor violencia entre diversas localidades de la zona. El gobierno del momento, decidió comprar más camellos para apaciguar el enfrentamiento en lugar de tener una perspectiva más amplia y a largo plazo sobre el conflicto.

Hoy Nisreen tiene la voluntad de cambiar su país, y forma parte como negociadora joven de su delegación; estudia Física y Ciencia Política con el objetivo de disminuir la brecha entre la ciencia y la política y así lograr una perspectiva más amplia para brindar soluciones a las diversas crisis que puede producir el cambio climático.

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